Por la Lic. Marcela Ciccioli

Las únicas medidas que tenemos para defendernos del COVID-19 son el aislamiento social, el lavado de manos con agua y jabón muchas veces al día, el uso de alcohol al 70% cuando no estamos en casa y la desinfección de las superficies expuestas, también con alcohol 70% o agua con lavandina.

La situación económica endeble de nuestro país implicará salidas parciales de la cuarentena que, seguramente determinarán que un mayor número de personas estén en las calles.

Al menos hasta mediados de abril, a pesar de algunos probables errores, la cuarentena funcionó correctamente, logrando retrasar la circulación local del virus y permitiendo ganar tiempo para una mejor acomodación del sistema de salud a los requerimientos de esta crisis; sin embargo, ya hay circulación del virus a nivel local, y es previsible que ésta aumente cuando haya más personas movilizándose en el espacio público.

El virus no circula solo, sino que lo hacemos circular las personas.

La mayoría de las personas que se infecten probablemente no tendrán síntomas, o bien éstos serán muy leves. Sin embargo, también transmiten el virus, y esto es un problema para las personas pertenecientes a los grupos en riesgo, a las que más tenemos que cuidar.

Ante esta situación, cambian drásticamente las recomendaciones respecto del uso de los barbijos. 

En esto voy a ser muy clara: es primordial que los equipos de salud que están en primera línea atendiendo pacientes internados por complicaciones de COVID-19 estén muy protegidos, porque si se contagian no tendrán reemplazo mientras tengan que hacer su cuarentena. La carga viral a la que están expuestos los equipos de salud es mucho mayor que la de cualquiera de nosotros y hay que cuidarlos.

Por lo tanto, los barbijos quirúrgicos y de mejor filtrado deben estar destinados al uso del personal sanitario.

El resto de las personas debemos tratar de disminuir el contagio de los individuos asintomáticos o con pocos síntomas usando barbijos o tapabocas, que pueden hacerse en casa y deben lavarse diariamente. Lo importante es disminuir la exposición al virus, seguir manteniendo la distancia en cualquier sitio público y evitar aglomeraciones. 

No usamos barbijos para no contagiarnos, sino para no contagiar a otros, porque no sabemos quiénes de nosotros podemos estar contagiando y llevando el virus a las personas que están en riesgo.

Los grupos en riesgo deberán continuar en cuarentena.

Usar barbijos o tapabocas no significa que no haya que seguir manteniendo todas las demás previsiones higiénicas que comenté previamente.

Marcela Ciccioli es licenciada en Ciencias Biológicas, especialista en Genética (FCEyN-UBA) y presidente de Stargardt Apnes - Retina Argentina